viernes, 29 de mayo de 2020

El anillo del ciego


Últimamente he estado teniendo unas pesadillas muy raras, hasta ahora había estado durmiendo muy tranquilamente, han pasado años desde que tuve mi última pesadilla, sin embargo os describiré la que he tenido hoy: oía muchos sonidos de coches en la carretera acercándose hacia mí, cada vez los sentía más cerca e intensamente, el sonido de los motores y las ruedas contra el asfalto, los olores de la gasolina y el metal, los acelerones y los frenazos, el sudor de cayéndome por la frente, y de repente el reflejo de una luz amarilla cegadora, proveniente de algún coche o camión. Entonces me he despertado en la cama, ni si quiera he sentido las gotas de sudor cayendo por la frente que sentía en el sueño, no estaba sudando en la realidad. Hoy si estuviéramos en una situación normal me despertaría y me iría a mi quiosco de la once pero como estamos en cuarentena debido al coronavirus creo que simplemente tendré un día relajado leyendo y viendo películas, espero que eso también me sirva para estar más tranquilo de cara hacia la noche, y poder evitar esas pesadillas...
El desayuno es una de mis partes preferidas del día ya que me encantan los olores y los sabores de lo que me suelo preparar. Mi desayuno favorito consta de dos cosas bien sencillas: café y tostadas con mantequilla y azúcar. Siempre me gusta prepararme el café en mi cafetera italiana. Comparto piso con mi amigo Julio y en la cocina cada uno tenemos dos armarios para cada uno… la verdad que moverme por el piso me es bastante fácil llevo viviendo aquí como unos tres años más o menos y me lo sé de memoria. También podríamos decir que soy una persona bastante sencilla no necesito muchas cosas materiales para sentirme bien y seguro, por lo tanto en cuanto cosas de cocina sólo tengo dos platos, un vaso, un cazo una olla, y algunos utensilios para remover la comida o cogerla…y bueno claro mis dos más especiales utensilios: mi cafetera y mi palomitero. Cojo mi cafetera y en cuanto siento el frio y suave metal empiezo a notar un poco más de energía para afrontar el día. Preparo el agua, y lleno el filtro. Enciendo el gas y apenas percibo un destello de luz cuando lo abro. Me preparo mi tostada de mantequilla con azúcar y solo el olor me hace sentir tranquilo y seguro como cuando era un niño y mi madre me preparaba ese desayuno, para mí se siente dulce y alegre. El café empieza a borbotear y el repiqueteo metálico que hace la tapa me indica que ya está listo. Me tomo mi desayuno bastante rápido.
Voy a ir a la biblioteca que tiene la once aquí en mi ciudad para consultar si tienen algún libro de interpretación de los sueños. El catálogo que tiene la once de libros en braile disponible es bastante grande, el problema en esta caso es que lo que ando buscando no es una novela sino algo muy específico. Sin embargo me sigue haciendo bastante ilusión investigar sobre el tema, y en el peor caso en el que no encontrara nada, seguro habrá alguna buena novela. El trayecto que tengo que hacer hasta llegar a la once no es muy largo ni muy corto, es bastante normal, y el único trecho que no me gusta es cuando tengo que cruzar una carretera bastante ancha y el semáforo no permanece mucho tiempo en verde. El resto del camino solo son calles de una ciudad media española cuyos obstáculos son bastante sorteables con el bastón. Así que cruzo todas esas calles “normales” hasta que llego al desagradable cruce. Para colmo en ese semáforo no está instalado el sistema de sonido para ciegos. Así que no se oye el  pitido. Por si aún no lo habías intuido soy un ciego que percibe un pequeño espectro de luz, no vivo en la oscuridad total. La mayor parte de mi visión es oscuridad, pero percibo algunas luces sin forma. Así que las dos únicas opciones que tengo para cruzar son o pedir ayuda, o intentar ver los cambios de luz de arriba y abajo en el semáforo. Hoy había un señor a mi lado así que le pedí ayuda, sino, las cosas habrían sido bastante más difíciles. Después de ese cruce el centro de la once está bastante cerca, sólo hay que andar unos cinco minutos más. Por suerte hoy no había ninguna cosa inesperada por el medio. Ya que digamos que hay ciertos objetos que permanecen todos los días en el mismo sitio, sin embargo, hay cosas que pueden cambiar: alguien puede haber dejado una moto en medio de la acera o puede que la persona que esta barriendo la calle haya dejado su carro en un sitio en el que yo no me lo esperaba. Eso son los pequeños detalles que más me cuestan de sortear. Así que finalmente llego a la biblioteca de la once, y pregunto por un libro de interpretación de los sueños. El bibliotecario, como ya me temía, me responde que sólo tienen libros de texto y novelas, y que desafortunadamente no poseen ninguna clase de libro parecido a ese. Aún así el amable señor no sabe que está a punto de darme la mejor noticia del día. En un tono de voluntad reconfortante, el bibliotecario me dice que está muy cerca de salir al mercado un anillo para facilitar el acceso a la lectura a las personas invidentes, el cual se utiliza para leer PDF que haya en internet. El anillo podrá transcribir todos los PDF que se encuentren en internet al braile. Eso me cambió el ánimo para todo el día. Antes de salir de la biblioteca de vuelta hacia mi casa, escogí una novela para leer mientras esperaba a esta maravilla de la tecnología. Seguidamente hice todo el camino de vuelta: crucé mi mayor obstáculo esta vez solo. Escuché todos los coches frenando, el silencio en la carretera por un momento, así que con bastante miedo decidí cruzar, y finalmente no pasó nada, llegué sano y salvo al otro lado de la carretera. Después caminé por todas las calles normales hasta mi casa y por suerte no me encontré ningún obstáculo inesperado.
El resto del día comí, leí un poco y vi una película, simplemente escuchando los diálogos, la música y los sonidos, porque las versiones con descripciones para ciegos me suelen agobiar. En mi opinión describen cosas demasiado obvias que retrasan el ritmo de la película. Esa noche me fui a dormir bastante tranquilo e ilusionado de pensar todo el mundo de posibilidades que se me abriría, al poder leer tantos libros que hasta ahora no podía. La verdad que a pesar de eso seguí soñando pesadillas por mucho tiempo. La de los coches se me repitió varias veces. Pero a veces no me asustaba tanto porque veía cada vez más y más reflejos de luces en lugar de tantos sonidos de la carretera.

jueves, 7 de mayo de 2020

ily

where is this tiny love coming from?
where it'd go?
where is my heart? inside my chest?
still some pieces there?

Capítulo 10

  10 Hola soy Antonio otra vez, ya estoy un poco m ás recuperado después de estos capítulos sin hablar. Ya siento que tengo energías suficie...