Había vivido ya en varios sitios diferentes. Había
conocido la cultura europea y cómo vivía y se relacionaba la gente allí. Hablar
con ese chico y pasar tiempo con él le proporcionaba una sensación de
pertenencia y también de agrado y amabilidad. Pero la tradición oriental se
impondría en su vida si contestaba la pregunta que él le acababa de hacer. Ella
solo quería echar a correr. Le respondió:
-La verdad es que ahora mismo las muelas del juicio
me están matando. Besos.