Había una vez un mundo en el que todos los habitantes eran manos ( como la criatura de la familia Adams que tiene vida propia, y es una mano que hace su vida autónomamente). En este mundo había una sociedad estructurada al igual que en el mundo corriente que todos conocemos. Las manos nacían como bebés manitas, sin saber hablar ni andar y poco a poco mediante los procesos de socialización se iban desarrollando. En este mundo había también discriminación, desmanización y mucha falta de empatía y respeto.
Jiny era una mano en su primera etapa adulta que había pasado una adolescencia muy dura, y estaba disfrutando de los placeres que la primera madurez te ofrece despues de la siempre tormentosa y aturdida adolescencia. Sin embargo aún se sentía a veces muy afligida por todas la situaciones que le provocaban profunda tristeza del mundo y la vida. Una vez estaba sentada en el portal de su casa en la ciudad donde estudiaba jugando con los gatitos de la calle. En ese momento una criatura magica y pequeña se le aparecio. Tenía el aspecto de un profesor de metafísica ancianito buena persona pero con un aura de mago del bosque chaparrito. Este diminuto señor le dijo: "Jiny sólo tienes que mirar a tu alrededor y ver que todos somos iguales"
Jiny ando y ando por las calles, por los parques, por las afueras de la ciudad, hasta llegar a un busque mediante el cual se adentro a la montaña más cercana de su ciudad. Allí, después de haber andado horas, tumbó manoarriba. Casualmente una hoja cayó encima de ella. Entonces vio como las fibras que formaban la estructura de la hoja eran exactamente iguales que las venas de su interior.E ese momento comprendió que el egoísmo es lo que crea el mal en el mundo. El que una mano se crea mejor que un árbol porque realmente la decisión de que tu existas no le pertenece a nadie más que a la naturaleza y tus venas no funcionan de otra manera que como lo hacen las de la plantita mas pequeña que veas por ahí.
Impactante
ResponderEliminarBuena metafora