Había una vez una profesora de inglés llamada Benita que estaba muy feliz porque era su cumpleaños, además había conseguido objetivos que le habían llevado esfuerzos muy duros este último año. Ella quería celebrar toda esta felicidad comiendo natillas de chocolate naturales hechas de yogur, cacao natural, y caquis. Estas natillas eran muy sanas y estaban deliciosas, más sabrosas y jugositas que las que se podían encontrar ya preparadas, que la verdad están bastante buenas ya. Alegre y despreocupada se dirigió a los supermercados que quedaban más cerca de su casa. Sin embargo algo desalentador ocurrió: no encontró caquis en ningún supermercado, a pesar de que eran fruta de temporada porque era otoño en su país. De repente se sintió desalentada y mal, para sí misma se dijo, -no hagas un drama de esto; no es tan malo y solo quieres caer en la dramaturgia porque es más fácil que intentar encontrar una solución al problema. Así que pensó y pensó, se estrujo la cabeza para encontrar un sustituto que diera el mismo sabor y textura a su receta que los caquis, pero realmente ella no era una experta en ese tipo de cosas. Y a pesar de que no cayó en la parálisis, no podía evitar sentirse decaída por esto. Así que fue al mercado local a ver si aún estaba abierto, por supuesto estaba cerrado porque era bastante tarde. Sin embargo inesperadamente, de unas de las pequeñas calles que abundaban en el centro de la ciudad, apareció con su expresión viejecita y contenta su amiga Catalina, que siempre le regalaba tomate en conserva de su bancal. Holaaaaaa Benita ¿cómo estás? Ella simplemente contesto:- muy bien, ¿sabes que hoy es mi cumpleaños? (sin decir nada a cerca de los caquis, porque se sentía un poco ridícula de contarle su "problema" a alguien) Entonces Catalina le dijo: -Ooooh muchísimas felicidades!!! ven a mi casa y te regalaré tomate en conserva!!! Las dos fueron hasta su casa y para la sorpresa de Benita allí había caquis. Por supuesto, Catalina le regaló tomate en conserva ( y como a pesar de que ella lo preparaba con toda la ilusión, sabía que a veces la gente se aburría de ello, siempre añadía más cosas que venían de su bancal) así que le regaló unos caquis también a Benita. Ella le dijo a Catalina: -Muchísimas gracias, la verdad que estaba muy contenta más de lo que su expresión externa aparentaba. Así pues, le invitó a Catalina a su casa a tomar unas natillas naturales, y ella aceptó encantada. Las dos pasaron una noche divertida e interesante riéndose de su vida, de ellas mismas, de la gente que no les gustaba, contándose las últimas cosas que les habían pasado desde que no se veían...Finalmente Benita tuvo una noche genial de cumpleaños.
